Terapia asistida con animales (TAA) |
Terapia Asistida con Animales: se trata de un nuevo concepto de apoyo y ayuda, a las personas con discapacidad, cuyo eje central será la terapia asistida y guiada por animales (Taa..-terapia asistida por animales). y/o (Tap - terapia asistida por perros). Los últimos trabajos en investigación avalan este tipo de terapias como pioneras, en el campo global de la discapacidad. La problemática social que supone la discapacidad, en el mundo de hoy, requiere un nuevo enfoque de ayuda más dinámico y versátil, que ayude realmente a la persona con discapacidad a ser una persona mas feliz. Las terapias que ofrecemos se centran alrededor de una serie de metodologías bien estudiadas, donde el animal, en definitiva, forma parte de la unidad terapéutica.
Desde el punto de vista psicológico, los perros adoptan una actitud afectiva y de gran apego hacia el ser humano, sin hacer juicios de valor, además de que resultan ser unos excelentes guías. Son lúdicos, afectivos, juguetones y están a nuestro lado fielmente, durante toda nuestra vida. Además, el perro nos aporta con su compañía, un nuevo soporte, basado en un nuevo tipo de lenguaje. Uno que estimulador y no verbal (la comunicación no verbal), nos guia a través de la mejor de las terapias físicas y psicológicas, posibles a día de hoy.
La Terapia Asistida con Animales, en la discapacidad mental y la discapacidad física: en la primera la terapia será guiada entorno a la socialización y la integración del individuo, en su entorno habitual. En la discapacidad física, la integración de las personas se guiará entorno a la eliminación de las barreras arquitectónicas. El animal realizará una terapia asistida, dirigida a la capacitación de nuevas habilidades adquiridas. La Terapia facilitada por animales, se describe como una intervención diseñada, para mejorar el funcionamiento cognitivo, físico o social de un paciente, con unos objetivos específicos delimitados en el tiempo.
Los estudios realizados hasta el momento apuntan a resultados positivos en este tipo de intervención. Como finalidad principal, nos centramos en la importancia que supone la integración social y afectiva, de las personas con discapacidad, en el mundo de hoy. Las sesiones de Terapia ó Educación, son una gratificación táctil con valor terapéutico, tanto para la mejora de la salud psicológica, como para la salud física de estas personas. Diversos estudios señalan que los animales poseen un efecto tranquilizador, sobre las personas y reducen su nivel de excitación. “Los datos de éstos estudios relacionan el contacto táctil con un perro, con bajas presiones sanguíneas inducidas experimentalmente ( Fine 2003 y Baun y col. 1984).
Además, los estudios señalan que en su interacción con los perros, las personas con discapacidad desarrollan destrezas sociales, afectivas y motrices. La principal idea entorno a una buena TAA es la mejora a nivel físico, psíquico, social, emocional, lingüístico y/o cognitivo. El perro es un buen co-terapeuta en todos los niveles que mencionamos, además de mejorar las áreas psicomotriz, la memoria, y la atención del individuo. La ayuda a nivel sensorial y psicológica ayudará al sujeto a mejorar y mantener las habilidades motoras y sociales. De esta forma se le ayudará a salir al exterior, y se le integrará mejor en su entorno habitual.
Para una buena terapia asistida se debe colaborar con psicólogos, terapeutas y educadores, en el diseño de programas, para obtener avances, en el proceso de rehabilitación de pacientes que estén recibiendo ayuda. También aportamos en el desarrollo de las capacidades de personas con necesidades especiales, para su reinserción en la sociedad, con la participación de perros adiestrados.
Las conclusiones son claras: el animal es un estimulo multisensorial que consigue romper la monotonía y atraer la atención de la persona con discapacidad. Actúa como una motivación y logra la colaboración en la terapia.
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HISTORIA
Ahora hagamos una breve reseña histórica. Antiguas civilizaciones, entre ellas
egipcios y griegos, atribuían a los animales la capacidad de curar diferentes
dolencias. Hipócrates, médico griego (460 - 377a. C.) consideraba que la
actividad con caballos era “muy relajante” para sus pacientes.
En el S. XVII instituciones mentales de Europa incorporaban al gato porque
tranquilizaba a los pacientes internados. También se sumó la compañía de
animales en escuelas y guarderías de Estados Unidos y Europa por sus
beneficios.
Sigmund Freud, médico y psiquiatra austríaco, (1856-1937) realizaba sus
consultas acompañado por su perro porque le facilitaba la comunicación con el
paciente.
Boris Levinson, médico y psiquiatra estadounidense, basado en sus experiencias,
remarcó la importancia del uso de animales en la psicoterapia de niños,
(ambulatorios o institucionalizados). Evaluó sus efectos positivos en la
recuperación y/o mantenimiento de la salud y planteó las bases de la Terapia
Asistida o facilitada por Animales. En 1962, publicó el primer trabajo sobre el
tema: “El perro como Co-terapeuta”.
A partir de ahí, la terapia asistida con animales comenzó a utilizarse en
Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Canadá, países que
investigaron los beneficios físicos, psicológicos y sociales del vínculo
humano-animal, y su influencia positiva en el tratamiento de distintas
patologías físicas y/o mentales, entre ellas esclerosis múltiple, deformación
de miembros o columna vertebral, distrofia o atrofia muscular, autismo, retardo
mental, parálisis cerebral, déficit de aprendizaje, déficit de atención con o
sin hiperactividad (ADD, ADHD), hipertensión, síndrome de Down, mal de
Alzheimer, depresión en ancianos, mal de Parkinson, rehabilitación en enfermedades
crónicas (cardíacas, oncológicas, mentales), tratamiento de delincuencia
juvenil y adicciones, problemas de conducta, violencia familiar, violencia
carcelaria, etc..
En España no comienza a investigarse y aplicarse de forma más extendida la TAA
hasta la década de los 90. Actualmente ya son numerosas fundaciones,
asociaciones, empresas y profesionales de la salud y de la educación de toda
España los que se dedican a la investigación y aplicación de programas de TAA.
Actualmente se incluye en las áreas de educación y salud, con fines recreativos
o educativos, estimulación social y ejercitación física o mental entre
otras tareas.
Serpell sugiere tres caminos por los que los animales pueden convertirse en un
factor causante del inicio del cambio terapéutico: el instrumental, el
antropomórfico y el pasivo.
Aparecen múltiples estudios científicos – publicados en revistas como Journal
of Children Adolescent Psychiatry, Nursing; Journal of Gerontology Nursing;
Journal of Psychosomatic medicine; Neuropsychology, etc. - que demuestran la
efectividad de la Terapia Asistida por Animales.
DIFERENCIAS ENTRE AAA Y TAA
Actualmente la Terapia Asistida con Animales (TAA) es una modalidad de
intervención terapéutica en la que un animal es parte integrante de un proceso
de rehabilitación, reeducación, integración y socialización de una persona. Se
plantean una serie de objetivos y metas para la recuperación de un paciente.
Los progresos dentro de esta terapia se van recogiendo para el estudio, el
establecimiento de valores en la evolución y el diagnóstico.
El efecto terapéutico de la terapia asistida por animales es más notorio entre
los niños y los ancianos, pero también se benefician de ellas individuos
autistas, personas con parálisis cerebral, pacientes con enfermedades
terminales, con trastornos del comportamiento, etc.
Hace más de veinte años que el Dr. Michael Mc Culloch (1982), pionero en la
introducción de animales en entornos terapéuticos, dijo: “No debemos abandonar
nunca a aquellos que no podemos curar; debemos mantener la esperanza y la
voluntad de sobrevivir de quienes están discapacitados porque su autoestima y
su dignidad son esenciales”.
La actividad asistida con animales (AAA), no está diseñada con anterioridad y
puede repetirse con diferentes personas y en diferentes lugares. Se trata de
algo espontáneo y no regulado, por lo tanto, no se registran los avances
y no existen objetivos concretos. Facilita la recreación, reduce el estrés, y
disminuye el índice de depresión. Obliga a asumir responsabilidades, aumenta la
autoestima y en la mayoría de los casos, mejora la integración de la
familia.
Los animales tienen la facilidad de aceptarte incondicionalmente. No les
preocupa cómo es esa persona, ni lo que dice. La compañía del animal mejora la
calidad de vida del hombre, aumenta la longevidad y preserva el equilibrio
físico y mental. Según la OMS 1994, la calidad de vida se define como las
percepciones individuales de la posición en la vida, en el contexto cultural y
el sistema de valores en el que convivimos, en relación con los objetivos,
perspectivas, estándares y acuerdos. La calidad de vida es un amplio concepto
que abarca la salud física, el estado psicológico, el nivel de independencia,
las relaciones sociales y la relación con el entorno.
BENEFICIOS
Los animales pueden ser incorporados a una gran variedad de programas. Para
involucrarse en una actividad de terapia asistida por un animal, se deben de
tener definidos cuáles son los objetivos personales a ser logrados por el
programa de terapia.
Beneficios físicos
•Mejorar las habilidades motoras.
•Mejorar las habilidades en el manejo de una silla de ruedas, andadores…
•Mejorar el equilibrio.
•Mejorar la coordinación.
•Incrementar la interacción verbal.
•Incrementar el ejercicio.
•Mejora las sesiones de Fisioterapia.
Numerosos estudios demuestran un descenso en la presión sanguínea y en la
tensión arterial. (Friedmann, Katcher, Thomas, Lynch y Messent, 1983).
Hay evidencias contundentes que los ancianos con Alzheimer se benefician del
contacto con animales en su entorno, de forma temporal o permanente (Verderber
1991).
A veces son la única conexión con la naturaleza, brindan compañía, dan
seguridad, sensación de sentirse útil y promueven el ejercicio por su necesidad
de paseo y distracción.
Beneficios psíquicos
•Mejorar la salud mental.
•Mejorar las interacciones verbales.
•Mejorar la atención.
•Desarrollar las habilidades del ocio.
•Mejorar el control de impulsos.
•Incrementar la autoestima.
•Reducir la ansiedad.
•Reducir el sentimiento de soledad o estados depresivos.
Randall Lockwood de la Universidad Estatal de Nueva York pidió a dos grupos de
personas que interpretaran dibujos ambiguos sobre interacciones sociales. En
uno de los grupos incluyó el dibujo de un animal; en el otro no. Descubrió que
la presencia del animal hacía ver las escenas sociales menos amenazadoras y
mejoraba la percepción de las personas asociada a ellos. “A no ser que el
animal esté clasificado como agresivo o peligroso – explica Katcher-, una
persona o cara asociada con un perro es percibida como más segura, más benigna,
más accesible y menos peligrosa”.
Sharon Smith de la Universidad de Pennsylvania estudió los perros de compañía
dentro del hogar, y observó que el perro siempre se encontraba en situación de
disponibilidad, independientemente de lo que estuvieran haciendo los miembros
de la familia. Siempre se hallaba dispuesto a jugar y a ser acariciado, y era
mucho más atento con los miembros de la familia de lo que ellos lo eran con él.
Además, Smith no observó pérdida alguna del enlace afectivo si la familia
simplemente ignoraba al animal durante un tiempo.
Sin duda, la facultad de lograr intimar fácilmente con los animales ayuda a su
eficacia como co-terapeutas.
El intercambio afectivo con el animal mejora el estado emocional del
propietario que se siente acompañado y se mantiene activo porque debe llevarlo
de paseo y asumir la responsabilidad de su cuidado, aumentando así la seguridad
en sí mismo (Katcher, A. H. 1985).
Beneficios Educacionales
•Incrementar vocabulario/memoria.
•Fomentar el uso de nuevos términos.
•Mejorar el conocimiento de conceptos como talla, color, forma, etc.
•Mejorar el cálculo.
•Estimular la responsabilidad.
•Desarrollar los hábitos de higiene.
Según estudios en centros de niños con autismo (como Nostre Món en Mataró,
Barcelona) se registraron las siguientes reacciones positivas tras el
desarrollo de TAA: contacto ocular, contacto físico, disminución de la
ansiedad, conductas espontáneas (coger la correa, acariciar al perro…), juego
espontáneo, actividad espontánea, pasearlo con la correa, pedirle
comportamientos, darle de comer, etc.
Facilita el vínculo con otros niños y puede reemplazar la compañía humana en
aquellos que carecen de la compañía de otros niños. Su seguridad estimula el
comportamiento exploratorio en aquellos temerosos frente a situaciones
desconocidas (Robin, Ten Bensel, Quigley y Anderson, 1983).
Nieke Endenburg, Psicóloga infantil (Universidad de Utrecht, Holanda), comprobó
en niños que conviven con animales de compañía, menor agresividad y mayor
respeto de límites, equilibrio emocional y confianza en sí mismos.
Es más fácil enseñar a un niño a demostrar empatía con un animal que con una
persona. Con los animales, lo que ves, es lo que hay. Los humanos no somos tan
directos. Podemos enseñar a un niño a “leer” con el lenguaje corporal de un
perro. Es más fácil comprender lo que está sintiendo un animal, que lo que
siente un ser humano, ya que el animal es más lineal y vive el momento. Cuando
lo niños se hacen mayores, su habilidad para sentir empatía con un animal, le
sirve para generalizarlo en su experiencia con el resto de las personas.
Beneficios Sociales
•Incrementar la buena disposición a ser incluido en una actividad de grupo.
•Incrementar la interacción con otras personas.
•Incrementar la interacción con el personal de las instituciones. (En casos en
que resida en, por ejemplo, centros geriátricos).
•Desarrollar los hábitos de trabajo en equipo que implican el respeto hacia el
trabajo del os demás.
Los pacientes tienden a implicarse más en las actividades que realizan con el
animal ya que las realizan con agrado, desean interactuar con el animal,
incluso realizan movimientos, expresiones y/o actividades por propia iniciativa
o respondiendo de forma espontánea a las demandas del animal.
La presencia de un animal generalmente centra y mantiene toda la atención de
los pacientes, lo que se puede aprovechar para lograr mejor rendimiento en el
trabajo sobre la propia atención u otras áreas.
La sociabilidad aumenta desde 3 enfoques:
- 1. Entre pacientes.
- 2.Entre
pacientes y el equipo de trabajo.
- 3.Entre
pacientes, equipo de trabajo, familiares y otros.
Las personas con amplia experiencia en este campo afirman que es más fácil
hablar con los residentes durante y después de las visitas, prefiriendo
numerosas familias las visitas cuando se encuentra el animal por ser un
ambiente más cálido y placentero (Bernstein, Friedmann y Malaspina, 2000).
Recordemos que, aunque haya riesgos asociados con el contacto de animales, hay
pocas indicaciones de que estos programas sean peligrosos y hay muy pocos
informes de efectos adversos (Schantz 1990; Walter-Toews 1993), motivados
por la falta de formación y manejo del animal.
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